Movimiento Estudiantil

El movimiento estudiantil que existió en el México de 1968 fue enteramente social y, aunque no se crea, fue conformado, no solo por estudiantes (en su mayoría de la UNAM y el IPN), sino también por los mismo profesores, intelectuales, profesionistas, obreros y amas de casa.
Este movimiento, cuyo mayor pico tuvo lugar el 2 de octubre de ese mismo año, comenzó varios meses antes (algunos podrían decir que el 22 de julio[i])  y se conformo de numerosas manifestaciones.
Hasta el día de hoy, no se ha logrado aclarar la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados debido a la ardua tarea por parte del gobierno para tapar la realidad. Los medios, que en aquel momento se encontraban manipulados, no presentaron hechos veraces y por lo mismo hubo un encubrimiento del hecho para el país en general.
La matanza de Tlatelolco (como comúnmente se le conoce puesto que ocurrió en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco), cometida por el Ejercito Mexicano y el grupo paramilitar Batallón Olimpia, a pesar de tener varias centenas muertos, fue presentada de una manera diferente por los medios periodísticos. Las columnas o noticias principales de los diarios de la ciudad de México fueron las siguientes el 3 de octubre (CÓMPLICE EN EL 68, 2002 )

  • §  Excélsior: “Recio combate al dispersar el ejército un mitin de huelguistas”.
  • §  El Universal: “Tlatelolco, campo de batalla”
  • §  El Heraldo de México: “Sangriento encuentro en Tlatelolco”.
  • §  Novedades: “Balacera entre francotiradores y el ejército, en Ciudad Tlatelolco”.
  • §  El Día: “Muertos y heridos en grave choque con el ejército en Tlatelolco”.
  • §  El Sol de México: “Responden con violencia al cordial llamado del Estado. El gobierno abrió las puertas del diálogo”.

El periódico Zócalo Santillo publico en el 2002, “los medios escritos no se atrevieron a dar un paso decisivo hacia adelante. La cobertura periodística del 2 de octubre de 1968 y los días posteriores fue muy limitada en la prensa. Inclusive los comentaristas, que después se convertirían en punta de lanza del periodismo crítico contra el Estado priista, fueron en esos días posteriores de la matanza en Tlatelolco voces tolerantes contra los excesos del poder. Los medios no analizaron, no investigaron las causas de la masacre, no indagaron el número real de muertos en la Plaza de las Tres Culturas. Los editores callaron… Los espacios críticos se concretaron a lamentar las muertes, a convocar a la paz, a exigir comprensión, y sugirieron darle la vuelta a la hoja de la represión.”


¿Que crimen es peor? ¿Qué maten a tu hijo o tu hermano o tu amigo? O que hagan parecer que nunca paso. Que su muerte nunca existió y aún si existiera, habría sido en parte su culpa por llegar a tales excesos.

Tal vez por eso la indignación del pueblo dejo huella en la historia. Pero, si es cierto que los medios callaron, si la verdad nunca se dijo, entonces

vale preguntarse, ¿cuál fue la imagen general que tuvo el país al respecto?¿cual fue el peso de los medios en la opinión pública?¿Habría sido diferente la historia si los medios hubieran sido veraces?

Porque de ser así, tal vez habría una mejor recordación de los hechos. Porque las personas olvidan. El conocimiento que se transmite de manera oral, a pesar de ser rápido, es el que primero se pierde. Un reportaje en un periódico, una foto, un video, duran para siempre.

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