Me
parecería muy complejo encontrar cual es la influencia directa que tienen los
acontecimientos de 1968 sobre mi vida diaria cuando muchos de los mexicanos hoy
en día no están siquiera enterados de lo ocurrido. Tal vez un día de falta a la
escuela o un documental en la clase de
historia o una participación anual en una marcha que ha perdido el significado.
O bien por el otro lado, podría implicar un miedo por manifestarse públicamente.
Pero en sí, nada importante en nuestra vida.
Pero
si nos cuestionamos, cual es el impacto indirecto que los acontecimientos de
ese entonces tuvieron, y tienen, en nuestra vida, entonces nos percataríamos
que nuestra vida es resultado de ello.
En
primera, la actitud de nuestros padres ante ciertos temas y personajes. Un
miedo o tal vez odio hacia los militares, una incredulidad ante los medios o
una falta de fe a los políticos. Esto es algo con lo que tenemos contacto todos
los días.
También
consideremos; en aquella época, se generó una gran distancia entre los jóvenes
y los adultos. Parecían incluso enemigos. Es por eso, que en algún sentido se
fracturó la familia, ya que el cuestionamiento de la autoridad política se
trasladó a la de los padres y los adultos. Y se podría decir que, aunque los
tiempos han cambiado y hay una mayor libertad de los jóvenes, persiste en
cierta medida una resistencia y un cuestionamiento a la autoridad.
